Caos literario: historias que oscilan entre lo plenamente cuerdo y coherente, con sus antípodas

Hago un esfuerzo por olvidarlos, a los amigos traicioneros, a las ex novias y a toda persona cuyo saldo de recuerdos suele ser más doloroso que feliz. Pero aunque he querido, no he podido olvidarme de ti, hago un esfuerzo muy grande pero cada tanto vuelves a mi sueños o a mis pensamientos. Siempre recuerdo cuando estabamos bien, cuando nuestra comunicación era fluída e intentabamos acercarnos el uno al otro. No olvidaré tu alegría cuando saltabas las olas como una niña en las piletas de Federación. Yo mientras hacía un esfuerzo grande para no ahogarme, también es cierto, sos más alta que yo, pero también es cierto que los mas bajos que yo no se ahogaban. Siento que cada tanto todavía estoy sumergido en nuestra relación y cuando surge la posibilidad de hablarle a alguien de ti, mis palabras brotan como esas olas, vienen cada una a su ritmo y arrastran todo a su paso. Tu no querías herirme y no sentías lo mismo que yo, me deje llevar por malos consejos y no supe ubicarme, de alguna forma

Si yo fuera.... Si yo fuera un enamorado en el día de San Valentín, me despertaría alegre y entusiasmado, preparando una aventura o tal vez solo soñando con ella. Sería lindo compartirla con la persona amada, aunque tal vez incluso ella no me corresponda, podría tan solo vivir de la fantasía como si soñara de forma infinita. Andaría así con los pómulos colorados y la sonrisa fácil, caminando por la calle o cualquier camino como si cada paso fuese flotando y no tocando el piso. Me alegraría aún, tanto de día como de noche, con sol esplendido o lluvia, con vientos cálidos o frios. Porque la suerte ya está echada y la oportunidad dada, y es una maravilla disfrutar de un sentimiento que nos mejora solo por ser el dia que es hoy. No hay persona más feliz que la que encuentra un propósito y un alguien para compartirlo de sol a sol o de luna a luna, las horas que son largas parecen cortas y los minutos segundos, en la pasión y la mente de un enamorado. Por Martín Cámara, autor del