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La sombra negra

 Beatriz se dedicaba al reiki, tenía un consultorio cerca del centro a donde atendía a sus concurrentes. En el departamento de al lado se reunían los espiritistas, que allí tenían su iglesia donde rendían su culto. Cuando ella se los cruzaba en la escalera, siempre se saludaban afectuosamente, y mas de una vez alguno de ellos se había hecho atender por ella para que le brindara su terapia. Alberto, era él que mas la frecuentaba junto con Silvana, de aquellos que participan del culto, así que a ellos dos Beatriz les tenía cierta confianza. Una tarde llegando apurada para unas sesiones que tenía, trastabillo en la escalera de entrada, no hizo pie y cayó, su golpe al caer se escuchó fuerte. No podía levantarse, así comenzó a pedir ayuda. A los pocos segundos apareció Alberto a levantarla, este la acompañó a solas hasta su gabinete, donde le preguntó si estaba bien, ya que últimamente la notaba nerviosa y triste. Ella le contó que las cosas en su familia no estaban bien, que estaba divorci

Extrañar

  Villa Cariño Iba llegando a Paraná, habíamos quedado con Serena en vernos ese viernes, o el sábado. El viernes coincidía con una fiesta de una amiga de ella, sería la primera vez que pasaríamos la noche con amigos, generalmente salíamos solos, puesto que nuestra relación era así y no había intenciones de cambiarla, durante las pocas y felices semanas que llevábamos. El plan era encontrarnos a las 21:30 en la terminal, pero yo me demoré y terminé arribando a las 22:30. Apenas bajando del Etacer, le aviso que llegué, ella me contesta, yo ya estoy, comprame algo para calmar la acidez en el kiosco. Compro y voy a buscarla donde siempre, subo al auto y digo, - ¿vos decís que hace frío? Porque traje una camisa, ella me mira dubitativa, entonces caigo, y digo, - hola, buenas ja, perdón que ni saludé, todo bien?; - hola, dice ella, bien, qué me decías; - si llevo camisa o no; - no sé; - bueno, sí la traje la voy a usar, ya fue. Empezamos a hablar de que comprar para tomar allá y donde, l

Nos veremos de nuevo

El espíritu del parque, Martín F., mi amigo: Querido amigo, sé que nos veremos de nuevo , sé que eras ateo y que rechazabas profundamente la religión, cualquiera esta sea, aclaro porque no nos veremos por fuera de la Tierra, sino en los recuerdos, en mí memoria.  En los recuerdos que tengo contigo, los últimos días venías tarde, en ese rato tomábamos unos mates y nos poníamos al días con nuestras cosas. Sé que tenías tus sueños, tus metas, y que algunas eran comunes a las mías. Querías tu independencia, poder llevar adelante tu vida sin ataduras. Intento no pensar mucho en por qué tomaste esta decisión, yo también caminé por ese pasillo con las mismas dudas y miedos y decidí seguir intentando. Sé que vos solo querías lo mejor y qué si hiciste esto fue porque consideraste que era lo más apropiado y qué tal vez la vida estaba muy complicada, como yo analizabas las situaciones profundamente. Siempre me quedaré con tus chistes con doble sentido, con tu alegría ante las cosas pequeñas, hec

Todo es prestado y yo también

  Me siento asfixiado porque sé que el aire que respiro es prestado. Me siento solo porque sé que el tiempo compartido es prestado. Mi tiempo prestado es también y por eso muero un poco todos los días, yo también prestado soy. Si quiero comer, como una carne prestada, un cereal prestado. Hay días que no quiero salir, hay días que prefiero no abrir los ojos, todo es prestado. Mis ideas van y vienen, las palabras que se escriben se borran, todo es prestado. Si me pongo unas zapas y camino, las huellas se borran, el camino es prestado. Todo es prestado. Necio es el que se cree dueño de algo, porque todo es prestado, las cosas por más duraderas solo duran un tiempo y luego desaparecen o se van a otras manos. Solo podemos conservarlas un poco más si las tenemos siempre presentes, en nuestras acciones, en nuestra memoria. Por eso la eternidad no existe, todo es prestado. Si la eternidad fuese algo sería un tiempo finito, con sucesos, cosas, entes, que se repiten, en un escenario, dentro de u

2023 te espero para...

  Para compartir con nuevos compañeros. Para tener nuevas aventuras rodeado de amigos. Para levantarme si me caigo, para no esconderme si tengo miedo, para ayudar si es necesario. Para avanzar si hace falta, para quedarme donde estoy si caminar no me lleva a donde quiero, para volver si ese es el camino. Para volar cuando me siento libre, para pensar si estoy quieto, para jugar si aprendo, para sentir cuando amo. Para nuevas historias, para contar con palabras lo que vivo, lo que pienso, lo que me pasa.