Cuando viajaba aburrido en un coche

 Tenía que viajar de Santa Fe a Diamante, quería ir al motoencuento. Esta vez el viaje no era en moto. Salíamos con Javier mi primo, Mauricio un amigo, y mi papá.

Habíamos preparado las cosas esa mañana mismo y a la tarde ya partíamos, se iba haciendo de noche. Aunque el camino parecía corto, nos tomamos un tiempo en llegar. Cada tanto me dormía entre las charlas y el mate, el mate que iba y venía.

Acaso era que viajaba aburrido en un coche, sería eso lo que causaba la somnolencia. No tendría porque aburrirme así, ya que no es algo de todos los días viajar con un amigo y en familia unos días a disfrutar de un evento, con motos, alcohol, bandas de rock y mucho ruido. Estas salidas no abundan en mi vida, son algo fuera de lo común, así lo fueron y así serían por un buen tiempo más.

Estabamos llegando al motoencuentro en el camping de Diamante. Paramos en el portón, pagamos las entradas y uno de la organización se acerca a mi papá que manejaba, para decirle que los autos van en otro lado y nos señala atrás de una subida. Una vez estacionado, volvemos al camping, la música estaba al palo, la gente caminaba por todos lados, y cerca del escenario no cabía un alfiler. Estaba todo bien iluminado, con luces potentes, pero cada tanto parpadeaban. De la nada se escucha una explosión que venía como del escenario y más arriba también, y luego otra, las luces se apagan y sale un humo denso. Miré alrrededor mío y no podía reconocer a nadie, estaba solo. Se escucha después un grito y luego más gritos, aparece el Indio Solari en el escenario y la gente que se estremecía comienza a vivarlo, "iiiindiiiio", "iiiiindiiio" decían. Entonces el cantante sube al escenario, agarra el microfono, y ahí es cuando siento un sacudón en el hombro, escucho la voz de mi primo que decía llegamos. Abro los ojos y ahí estabamos en la ruta, con la ciudad de Diamante arriba, a metros del camping. Qué cagada pensé, por minutos me perdí el show.  

 



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