Simón, el hombre de la naturaleza
Cuando un domingo los amigos se reunían para tomarse unos mates y pasar una agradable juntada, llegaba Simón en su bici, cansado de tanto pescar.
Se había levantado temprano, a las 6am, y al rato ya había partido con sus cañas en la búsqueda de algún dorado o sábalo rico para preparar.
Cuando llegaba por fin con sus amigos, traía sus panes "proteicos", como él les llamaba. Y compartía esos mates, traía también la redonda y se ponía a tirar unos pases, hacía gambetas, algunos jueguitos, algún lujo.
Nunca nadie se imaginó que las tarde así se terminarían por un tiempo, que el bullicio de la ciudad y las juntadas en la costanera se apagarían. Simón quería volver a la naturaleza, quería volver a Villaguay.
Y así, casi sin avisar, Simón que ansiaba tanto cortar leña, pescar a toda hora, ser apicultor, y trabajar la tierra, se volvería a sus pagos a hacerse uno con la Pachamama.
Reencuentro, porque todo lo qué es noble y bueno se reencuentra, Simón y sus amigos se volvieron a encontrar para compartir unos días de septiembre en su querida Villaguay. Volvieron los mates, las risas, las gambetas, y de almuerzo comieron sábalos.
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